Desde un
punto de vista histórico, la revolución de las TIC ha marcado un momento
crucial y decisivo en nuestra sociedad actual, pues forma parte de todas las
áreas de vida humana, generando un flujo activo en las interrelaciones
sociales.
En estos
últimos años hemos asistido a una fuerte evolución tecnológica, centrada
especialmente en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, donde el
mundo de la informática ha destacado considerablemente gracias al proceso de
comunicación mediante el correo electrónico, que facilita las comunicaciones, la
interacción educativa, proporciona una mayor autonomía, las videoconferencias ponen
en contacto a personas de diferentes partes del mundo, nuevas formas de
búsqueda de empleo como el teletrabajo, entre muchas otras aplicaciones.
Pero no todo
son ventajas, actualmente vivimos en una sociedad donde las nuevas tecnologías
crean una gran dependencia, pues estamos todo el día malgastando el tiempo con
el móvil en la mano y no viendo las cosas que ocurren a nuestro alrededor; un
mayor aislamiento social ya que los niños ya no juegan en las calles como
hacíamos años atrás, ahora prefieren quedarse en casa jugando a aparatos
tecnológicos, por lo que se pierde el contacto directo con las personas pues la comunicación se reduce a hablar
mediante las redes sociales, por no hablar del fraude y la falta de privacidad. Exponemos todas las
acciones de nuestra vida diaria ante el mundo sin importar quien lo está viendo
y ara que usan esa información, y por último, y no menos importante no es de
fácil acceso para todos, como es el caso de los países subdesarrollados.
Si es cierto
que, a nuestro entender, deberían existir unos filtros que delimiten la
información que existe en la red. De este modo evitaríamos que exista
información indeseada y que pueden producir un efecto negativo en las personas
que accedan a ella.
Debemos concienciar sobre su buen uso
fomentando sus verdaderas posibilidades y mejorando sus limitaciones.
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